
El ídolo de Boca anunció que deja el club en conferencia de prensa este viernes. La relación con Riquelme y el fallecimiento de su padre, los principales motivos de su salida. Los “detractores del sillón”, infaltables en las redes.
Este viernes 4 de junio no fue un día más para el hincha de Boca. El anuncio de la salida de Carlos Tévez deja un gusto amargo, al saber que un ídolo no volverá a vestir la camiseta del “Xeneize” dentro del terreno de juego.
Pero la despedida del “Apache” parece no ser sólo de Boca. El aroma a retiro se percibe por la Bombonera, más allá de su declaración diciendo que “dentro de 3 meses capaz que quiero jugar”. ¿Dirigente? ¿Entrenador? El futuro de Tévez sólo él lo sabe, o quizás no. Lo cierto es que ha llegado el momento de tomarse un descanso tras un año difícil en lo personal.
“La verdad es que ni siquiera tuve tiempo para hacer el duelo por mi padre», declaró en la conferencia de este viernes. En febrero llegaba la noticia del fallecimiento de Segundo Tévez, padre adoptivo de “Carlitos” y hombre fundamental en su vida. Las obligaciones futbolísticas le impidieron tomarse el tiempo que cualquier ser humano necesita en una situación así.
Ampliando, Tévez reconoció: “Necesito estar con mi mamá. Necesito ser hijo. Hace 3 meses se me fue mi papá. No sé qué voy a hacer. Solo quiero ser padre, marido, hermano. Eso es lo único que tengo claro».
Y esto abre la puerta a un debate sobre la faceta psicológica del jugador de fútbol. Si bien los clubes cuentan con profesionales que acompañan a los deportistas, el futbolista es carne de cañón en las redes sociales. La tecnología aportó mucho a la humanidad, pero también le dio el poder de “llegar” con sus mensajes a fanáticos de la crítica desmedida y destructiva.
Quienes recorrieron las redes sociales en las últimas horas habrán visto cómo incluso algunos hinchas de Boca fueron críticos con Tévez. Necios aquellos -que por desgracia sobran- que lo nieguen como ídolo de la institución. Difícilmente aparezca en el corto plazo otro jugador de su talla. De ser un retiro, Argentina pierde a un ganador nato, con capacidad de convertirse en ídolo donde juegue y que le ha dado una importante cantidad de títulos al “Xeneize”.
A lo ocurrido en el plano personal se suman las diferencias, según los conocedores del “Mundo Boca”, con la actual dirigencia y la figura del vicepresidente: Juan Román Riquelme.
A casi 20 años de su debut, Carlos Alberto Tévez acumula un total de 29 títulos, sumando 748 partidos y 309 goles. Cifras difíciles de igualar para la mayoría de los futbolistas porque, claro, el “Apache” no es “del montón”.
A excepción del West Ham, equipo al que llegó en un momento crítico y formó parte del plantel que lo salvó del descenso, ganó títulos con cada camiseta que vistió. En Boca los números aportan a su rasgo de ídolo: se consagró en el Apertura 2003, fue campeón de Primera en 2015 y 2016/17, también de la Superliga 2017/18 y de la 2019/20. En 2015 además alzó la Copa Argentina, en 2017/18 la Supercopa Argentina y en 2020 la Copa de la Liga Profesional. A nivel internacional, con el club de la ribera obtuvo la Libertadores 2003 y ese mismo año la Intercontinental, con apenas 19 años.
Vistió también las camisetas de Corinthians, donde ganó el Brasileirão; Manchester United, ganando dos veces la Premier League, la Community Shield, la Copa de la Liga, la Champions League y el Mundial de Clubes; Manchester City, repitiendo Premier League y Community Shield, más la FA Cup; Juventus, siendo bicampeón en la Serie A y triunfando en la Copa y Supercopa de Italia; y Shangai Shenhua, quedándose con la Copa de China en su breve paso por el fútbol asiático.
Con la camiseta de la Selección Argentina “Carlitos” mereció más, como toda la generación que atraviesa sus últimos años de profesionalismo. Asimismo, gritó campeón en las juveniles con el Sudamericano Sub-20 en 2003 y el Preolímpico Sudamericano 2004; aunque su mayor logro fue la medalla de oro ganada en los Juegos Olímpicos de Grecia 2004.
Los números acompañan a la realidad. Este viernes ¿se retiró? un jugador de elite, que fue criticado por los “detractores del sillón” que nunca jugaron al fútbol y se esconden detrás de un teclado que les da el libertinaje para hacer abuso de las redes sociales.
Y el “mundo Boca” mira aún con más incertidumbre el futuro. Un equipo sin identidad dentro de la cancha, con el máximo referente -y uno de los pocos capaces de influir para ganar un partido- fuera del club; un entrenador puesto en duda por los propios hinchas; resultados que no se acercan a lo esperado; y una dirigencia cuestionada que ya tuvo una renuncia (Mario Pergolini) y es señalada como responsable de dejar ir a los jugadores que más pueden aportar.